Dios no existe. Y menos uno que se llame Tecnología. En el caso de que existiera sería muy estúpido por nuestra parte bautizarle con un nombre que hemos creado nosotros. De hecho el tramposo dios de la Tecnología somos nosotros mísmos que somos los que hemos creado la teconología y es mucho pretender colgarnos una etiqueta tan grande: DIOS. El hecho de ser creadores no nos convierte en dioses. 

Dios sólo hay uno y se situa exactamente en el inicio… Justo antes del ya conocido por todos Big bang. A partir de ahí todo lo ocurrido es gracias a Dios. Para entendernos, le podriamos llamar El dios Dominó. No porque lo domine todo, que también, sinó por el conocido «efecto dominó». Que hayamos llegado a la ficha de la Teconologia no significa nada, acabará sometiéndose (como todas) al peso de sus predecesoras y dará paso a otra que fácilmente podemos vislumbrar porqué (cómo ya he dicho unos carácteres más arriba de sus pantallas pixeladas) nosotros mismos somos los creadores: Diosa Ecología, Diosa de la Involución, Dios RRR (Reduce, Recicla, Reutiliza) son algunos dioses y diosas candidatos que más hacemos sonar… Pero no son más que etiquetas para la siguiente ficha. El único Dios es el que dió el empujón a la primera ficha. Con un dedo, con dos (a lo pantocrátor) o con un big bang (un poco excesivo para empezar, creo yo), pero «nada más». A partir de ahí las fichas van cayendo una tras de otra y él sin hacer nada más ejerce su Dominio. Hasta que llega nuestro turno. Un turno que dura unas 2, 3, 4 fichas… tanto da, las que ustedes quieran. Y éste llega en el momento en que uno toma consciencia de que existe. En éste instante pasámos a ser espectadores y creadores de lo que sucede. Y, como espectador y creador, aquí me tienen interpretando el papel de DIOS, actor protagonista de esta história, sentado frente a una computadora, conectada al router via wi-fi, que me conecta a su vez a internet, a través de la fibra óptica, a la velocidad de la luz, al facebook y finalmente a ustedes… cuando de repente, a través de la ventana se disipan unas nuves y un rayo de luz provoca destello sobre mis lentes ópticas creando lo que parece una ilusión óptica pero en realidad no es más que una ilusión TECNOLÓGICA!! Una ilusión que ustedes mismos, señores, han creado en mi mente. A través de la luz. La ilusión de poder ganar un concurso digital basado en algo tan analógico como es el oficio de contar histórias. Bién, acepto el reto, ésta es mi história, espero que la suya sea de verdad, cosa que me convertiría automáticamente en ganador virtual. 

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