Leo en el Diario de Manila una noticia espeluznante:
«Se ha reconocido en el ambulatorio Nuestra Señora de Luzón, distrito de Aguas Tibias, Manila, a una señorita de nombre; Aurora Necesito Mariano, edad de 17 años. Decía venir compañada de una extraña dolencia. Al parecer habíase quedado dormida hace dos meses con un aparato de oyendo música MP Y 3 del tamaño de un escarabajo pelotero. Se conoce que con las tumbas y revueltas dormida en el colchón, al desperezarse por la matinal haciendo la típica figura de alzar los brazos delante del espejo, ha visto que el susodicho aparato mecánico estaba incrustado en su axila derecha a la altura de los senos. Imposible, relata la señorita, arrancar el MP y 3, que es como si formara parte de su cuerpo. Dice que lleva estos dos últimos meses desesperanzada porque su vida se convirtió en un suplicio, sobre todo cuando acude a cargar el aparato de dispendio musical, ya que tarda dos horas en llenarse de alcalino y ha de permanecer sentada soportando la vibraciones de la corriente alterna que le traspasan la dermis y llegan a las costillas dándole de una risa agotadora. Los expertos medicinos dicen que el caso es único, aunque tiene una cierta similitud con otro; un señor de Tenesse al que se le incrustó su ordenador personal en la espalda y ahora trabaja de mesa de despacho para el director de la empresa Manzana del Paraíso, distribuidora de estos aparatosos tecnológicos. En unos días, arriba a Manila un experto en la materia, el señor Pereira, doctor en psicocibernética que intentará una extracción indolora del cuerpo extraño en el cuerpo de la adolescente, con una singular técnica de su invención consistente en poner unos temas del famoso artista español Raphael en el MP y 3, que al decir de este señor, son incompatibles con la vida orgánica, de esta manera, sostiene el doctor Pereira: «-El aparato caera solo, cuando las células de la dermis se cierren sobre sí mismas rechazando las ondas raphaelianas-.»
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