Querido (olvidé tu nombre):
Me despido. Espero que este mensaje te llegue antes de que corten las últimas líneas de comunicación.
Reuní un grupo de refugiados, huimos hacia el núcleo. Las carreteras están cortadas, volaron los neuropuentes, interceptan los convoyes de abastecimiento de oído y olfato. En mi éxodo desde el hipocampo he visto caer ciudades enteras: los años 40, la casa de papá, Andresito a los tres años… todas sucumbieron, las hordas de placas neuríticas lo devoran todo. Vi caer al día de nuestra boda, murió en mis brazos.
Fue difícil, pagamos con todas nuestras reservas de memantina y acetilcolina, pero conseguí una embarcación para los últimos refugiados, supervivientes de la batalla del lóbulo temporal la mayoría.
El núcleo, última frontera tras el mar de neurotransmisores dicen los navegantes. La travesía es dura. La tierra, salvaje; poblada de instintos e impulsos primitivos, pero pacífica y alejada de la destrucción.
No podré volver a escribir pero quiero que estés tranquilo, estaremos bien, los pondré a salvo.
Te quiere.
Interneurona del hipocampo 5135768
Al hombre de las manos suaves
C/ Frente a mis ojos
El exterior
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