Cuaderno de bitácora y arrecife

Cuaderno de bitácora y arrecife

No tomé las precauciones de Odiseo y, al pasar por su arrecife, mi corazón dejó de pertenecerme. 

Siempre he sido libre. Enredo mi alma en las volutas de mi pipa y la dejo volar. Cada una de mis arrugas es una tormenta, un roce con los piratas, un escollo en el camino. La llave de mis sentimientos pasa por el agua salobre, la brisa marina, un cayo perdido. Nunca pensé que criatura alguna me pudiera dar la vuelta como un calcetín. Nunca pensé que mi pecho se pudiera abrir de esta manera. Nunca pensé que rindiera el gobernalle y pronunciara estas palabras. 

Desde que la vi en esa roca, peinando con nácar su cabello, supe que mi voluntad estaba perdida. Perdonad mi atrevimiento y la feroz declaración de un marino que emprende posiblemente sus últimas singladuras, pero antes de sumergirse, con el leve chapoteo de su cuerpo breve, adiviné que me miraba a los ojos con el mismo deseo que a mí me enturbiaba. 

Responda, por favor, a esta súplica y concédame el postal_reverso.jpgpostal_anverso.jpgbeneplácito de su nombre.

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