La canción del cantor callejero
El borrachito tomó la guitarra, le faltaba una cuerda al desgastado instrumento, pero eso no impedía que el rasgueo empezara con más empeño que entonación. Los parroquianos habituales de ese antro de noches desveladas, lo animaban con aplausos alegres, esperando nuevamente aquella picaresca canción ♬Hayyyy, maría…hay Maríaaaa ♬ entonó mientras un silbido de acompañamiento vibraba...