Una mordida de amor
Y así….sin más ni más, Sin tan siquiera recibir su última estocada de pegajoso néctar por la prisa que tenían un hambriento y apurado comensal; se formaba su dorada y crocante coraza. Coraza que protegía una suave masa cuya textura presumía que al entrar en el túnel de su boca lo haría transportar a la más suave caricia, imaginado el beso...