Muerde calabaza
Busqué escaparme de mí, de lo que era. Me vi alejarme. Tuve miedo, me llamé, corrí detrás de mí y me aferré a mí misma, no fuera a ser que me perdiera para siempre.
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Busqué escaparme de mí, de lo que era. Me vi alejarme. Tuve miedo, me llamé, corrí detrás de mí y me aferré a mí misma, no fuera a ser que me perdiera para siempre.
Después de las 6:30 de la mañana, cuando el cielo es una mezcla de tintes de óleos naranjas, azules y morados, las campanadas tildan al pueblo blanco de América, con timbres en los suelos empedrados recién han recibido la brisa tempranera, estos emergen en senderos formándose en cúspide, como si tendieran caminos hacia el volcán...
Una vez más mi orgullo me trajo hasta aquí, a la cocina, frente a la mesa que junto al recetario me vuelven a retar; dispuesta a vaciar mi fuerza y coraje en aquella masa que aún existe solo en mi mente y que entre mis anhelos me llama como burlándose de mi. En aquellos días...
Nancy sacó del bolso su medio sándwich integral de pavo. Teresa la observaba con detenimiento bajo el sombrero de paja que le protegía del sol. La joven retiraba la mitad del envoltorio de film y le ofrecía un poco, a lo que ella contestaba siempre que no con un ligero movimiento de cabeza, media sonrisa...
Bueno chicos ya se han cerrado las fábricas y por lo visto no tendré más nietos. Por lo tanto, es menester que aprendáis la filosofía del pan. Los más grandes enseñaréis mi legado a los más pequeños cuando esta vieja haya dejado este mundo terrenal. Tuve cinco hijos que han seguido mis pasos ellos harán...
-Lupita vamos un corte, quieres?- dijo Letizia la candidata neo conservadora de centro derecha con las manos llenas de engrudo y los pelos en la cara; un lente de contacto se le había caído en la masa y no podía leer la sarta de frases sentimentaloides ( en sus propias palabras ) del teleprompter que estaba...
En un pueblo olvidado por el tiempo, donde el frío parecía ser eterno y la tierra yacía seca bajo un cielo gris, había una pequeña panadería. Era la última que quedaba abierta, y su único panadero, don Jacinto, un hombre de manos ásperas y mirada cansada, seguía horneando cada día, a pesar de que casi...
Pan Para mi Principito, con cariño y agradecimiento Para Ernesto Corces, por su defensa incondicional de la libertad Lado A. Pan, pan amargo, pan del pobre y el hambre; pan de la guerra y la muerte. Pan al fin, para engañar al estómago. Pero pan al fin… Ismael se alejó...
La luz natural de la soleada mañana penetró en los ojos de Gabriela. Unos tempranos y recios rayos de sol habían traspasados los finos tejidos de la cortina de su habitación. La bulla de la calle indicaba que despertaba tarde; la flojera aprovechaba la oportunidad, nadie había tocado su puerta, estaba sola en casa. Gabriela,...
Todos tenemos historias que contar, unas más interesantes que otras. En mi caso el «pan» como tal, puede que haya sido el «pan de cada día» directa o indirectamente; como no, toda historia tiene su pequeña presentación. No diré mi nombre, pero si puedo decir que curiosa es la vida, cuando en mi actual trabajo...
Pasé la mirada, distraída a propósito, con desdén calculado, por el plato de garbanzos con chorizos que me tendiste para comer. No quise mirarte, tenía miedo de fallarte otra vez y que supusieras que aún te odiaba por tus duras palabras de ayer. Estas frente a mí, centrado en tu plato, al igual que yo en...