Todo se pierde
Siempre ahí, al pie del cañón. Malabarista de fin de mes, real y consecuente con las circunstancias, la modernidad, el tiempo y sus ausencias. Veraz como una onza de chocolate en un trozo de pan. Espectacular y soberbia, sazonaba cada madrugada con una promesa de delicia solo con sonreír como ella sonreía, siendo de verdad...