Momento con café

Momento con café

Paz Ubilla

30/08/2022

Fue hace mucho, muchos días, muchas horas y minutos, fue hace mucho que estaba más joven, tenía el cabello más largo, tenía más sonrisas y me levantaba con entusiasmo. Hace mucho que lo había conocido, él hablaba poco, medio aburrido, medio cansado…Fue en un día de trabajo que sentía el sonido del reloj y el cielo se notaba gris, podía sentir cada segundo que pasaba y solo quería irme. ¿Para que irse? ¿Que había tanto que hacer? tampoco lo sabía, solo quería escapar de esa tarde en el trabajo, nada tenía sentido, nada me interesaba…De pronto estaba él, había llegado hace poco, parecía un buen hombre, un poco callado, un poco bonito, un poco sigiloso. Se sentó en la oficina, comenzó hablar y recordé lo que era volver a tener un poco de interés hacia alguien, me ofreció un café, y hablamos durante la tarde, el reloj parecía darse prisa y la tarde se volvía más dulce, tenía ojos sinceros como los de mi abuelo, su barbilla era robusta y su mirada era especial, me contó de su vida, de sus amores y desamores, le hable sobre mis sueños, le hable sobre mis defectos, él solo reía y me hacía creer ser especial. 

Ya era la hora de partir, el café había enfriado, las risas se habían desaparecido y el aún estaba ahí sentado al lado mío, con esa mirada tan genuina. Había sido una tarde distinta, nos mirábamos y reíamos, ya había olvidado tanto reír con alguien… De pronto se despidió y se largó. Al día siguiente no volvió, lo habían trasladado. Pasaron los días, los meses y los años, siempre algo me hacía recordarlo, pensé varias tardes imaginando volver a encontrar aquella mirada, pero aun sigo aquí más vieja, con cabello corto y de lentes, solo perdura el olor a café en la oficina, sigo esperando una tarde como aquella, esperando que el reloj tome prisa y renazca mi sonrisa. La tarde se hacía lenta, comienza hacer frío, ya quiero volver a casa, ya son las 17:40 casi la hora de partir, alguien toca la puerta suavemente, me parece extraño ya que la oficina ya está cerrada, de pronto comienza la lluvia, me levanto del escritorio, tomo mi café, me asomo a la puerta a ver quien busca… lo último que se escucha en la oficina es la taza del café romperse al caer. 

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