EL OFICIO DE ESCRITORA

EL OFICIO DE ESCRITORA

Martha Wandemberg

29/08/2022

                                       EL OFICIO DE ESCRITORA

                                                            MW

Penumbra de noche quieta, transparente desafío, tomar la pluma para plasmar las nostalgias, lo que duele en la piel. Imágenes difusas cruzan por la vereda del pensamiento poético pues quiere encontrar las palabras que en una mañana de Julio se hicieron prestas al mar; querían gozar primero de las olas veraniegas para luego reencontrarse en la quietud y la paz, de una mesa y lámpara que regala luz, sin importar las quimeras, ni la prisa, ni el deseo que se perdió en su piel, solo desea pintar, las vivencias en papel.

Bendito insomnio que fiel acompaña a la escritura, nunca le ha dado la espalda, permanece junto a ella. Ella recoge del campo florido de su vasta geografía, las secretas emociones de aquel personaje que sonríe en las mañanas cuando aparece taciturna o mal dormida; que apaga su cigarrillo que humea casi extinguido y huele a inspiración, quizás también un café que le abrigó en sus ansias del deseo de volar, volar con los pensamientos sin que nadie en su osadía la pretenda detener. Es romántica perdida, delira con la esperanza de encontrar cada mañana, alguien que sepa amar, amar con la locura, de ver en el espejo a tiempo, el rostro de los demás…

Ecos de calle desierta que comparten la intimidad de la pluma y su bondad, en claro enamoramiento por las letras que navegan en continentes desconocidos y bellos, de corazones lejanos; ríos y mares extraños que se vuelven como hermanos, cuando alguien le da vestido y brillo, al levantar sus amores o quebrantos en un tablado de pueblo o quien sabe de ciudad, con marquesinas que tiemblan con el viento del otoño hasta lograr deshojar, las páginas de los libros que han dado forma y voz al trabajo mágico, inmenso, de su humilde creador.

Sin mayor protagonismo y siempre por convicción, hay quien defiende con letras el diáfano oficio que brinda la libertad, ya no ensaya sólo deja en el guión de la vida, los sinsabores y penas, las alegrías y triunfos de aquella prosa traviesa que lo despierta al alba y lo trasnocha, quizás…

Fortalezas de palabras, que dejan al alma abierta de par en par, ella se transparenta y agiganta cuando toma asiento en penumbra y se dispone a dictar, los sentimientos cautivos cuando logran liberar, al anonimato impaciente que en el pulso que arroja los dados del azar, ya se juegan la verdad y la nostalgia, historias nuevas y viejas, que han pintado con rosas bellas las espinas de la vida, de alegrías pasajeras, del amor y el desamor.

Letras que han perpetuado a lo largo de los siglos, el talento de escritoras/ escritores, sembradores fieles del jardín de las ideas, cosechadas con sus nostalgias, vivencias de azul de cielo o de bruma persistente pues su trabajo los convierte en diferentes actores, que viven reales guiones de elocuentes expositores del respeto y la equidad, controversiales a veces con el sentir que arrastró las aristas que lastiman sus intrínsecas creencias.

Perseguidos cuantas veces por sus plumas milagrosas que hicieron honor al legado divino del libre pensamiento, con la sola recompensa que resume el mayor triunfo, al poder izar orgullosos la bandera de la PAZ.

Aventuras, risas y lágrimas, poemas, ensayos, novelas, dramaturgos líricos cobrando sonidos afines bajo el tac, tacatac del teclado compañero, cual si fuera un anillo que anuda cada sentir. Vivencias que forman libros, cuadernos y hojas sueltas que al ir cobrando vida, son testigos universales dentro o fuera del telón en la inigualable Obra que nos presenta el VIVIR…

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