Hoy me desperté muy triste ¡Shit! Creo que no es para menos, pues extraño mucho mi hogar, home, sweet home. En mi pueblo, era yo un reconocido maestro de Telesecundaria, mientras que aquí me la paso piscando algodón. Pero ¿qué otra cosa podía yo hacer? ¿Dejar que el asesino de mi Paquita querida se saliera con la suya? ¡Damn killer! Nunca me gustó el Guicho. Siempre se sintió “The coward of the county”:
Éramos una familia ejemplar; mi negrita linda dirigía el coro de la parroquia, mientras yo me esmeraba, como director de la escuela local, por no solo enseñar a mis alumnos, sino también darles una formación cristiana que los convirtiera en hombres y mujeres de bien.
Mi negrita es una verdadera “Lady”:
Siempre ha creído en mí, y hoy que me encuentro tan lejos, no deja de escribirme, dándome muchos ánimos para continuar con nuestras vidas, esperando que algún día, podamos por fin estar juntos otra vez.
Después de todo, esto de piscar algodón tiene sus ventajas; me da la oportunidad de disfrutar, cada día, de la salida del sol, así como convivir con la naturaleza, algo que siempre disfruté mucho. La paga no es mala, considerando que el billete verde (buck) está mucho mejor valorado que nuestra moneda, el peso mexicano. Esto me permite, cada mes, enviar remesas que, debido al tipo de cambio, representan una cantidad considerable.
Los domingos, asisto a una capilla en donde tengo ya un grupo de amigos que formamos un coro. Cantamos en español y nos divertimos mucho.
Sin embargo, cuando regreso a mi casa, por las noches, me invade la nostalgia al encontrarme tan solo. Entonces, recuerdo a Viktor Frankl y su libro “El hombre en busca de sentido”, y pienso que mi razón de vivir es mi familia, que me extraña y me necesita. Estoy seguro de que pronto, esta pesadilla terminará.
Pongo, en mi viejo reproductor de cds mi canción favorita, mientras agradezco a Dios el tener una esposa que siempre me ha apoyado, y sobre todo “She believes in me “:
Thanks, God.
NOTA: Si quieres conocer los antecedentes de esta historia, te invito a que leas mi relato “The Confession”, dentro de Historias de Mayores en esta plataforma.
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