El hijo del pueblo

En la oficina hay fiesta, porque gano el partido  PBSH, lo que significa : Partido  Bondad Socialista  y Honradez,  o sea, el partido del pueblo.

Todos cantan, y  bailan. Ya después de la canción y las cervezas  bien frías,  Roque  cae al suelo, más borracho que nada.

Al otro día le dice a su esposa :

–Amor, ya me voy, voy a votar contra el PNS, por el héroe del pueblo PBSH, que Dios nos mandó para salvarnos el pellejo, de los fascistas malotes.

–Ándale querido, cuídate , y no te subas al autobús si va muy lleno y con sospechosos, porque te pueden asaltar.

–Querida …?

–Qué ?

–Por qué tienes un ojo bien morado ?

–Ya se te olvido que anoche te enojaste y me golpeaste?

–Querida, no…! Perdóname…! Fue el alcohol, querida, el puro y maldito alcohol !  Ya no lo vuelvo a hacer ! No me vayas a dejar ! Te prometo que ahora sí, esta vez es la ultima, no te volveré a golpear !

–Ya me cansé de tus pinches promesas, y de una vez te digo que si me vuelves a lanzar otro puto puñetazo, ahora si te dejo, te dejo, y ya no me va a importar nada. Me voy con mi mamá, te juro que ahora sí, me voy con mi mamá ! Aparte, te lo voy a devolver  con  un zapatazo en la cabeza.

–No, querida, no digas eso ! Palabra buena, que ahora sí te cumplo!

Bueno, este individuo, el hijo del pueblo, se va y en el camino se encuentra a un amigo y le dice :

–Compadre, qué bueno que lo veo.!

–Pues ya ve, compita, aquí nada más, madrugandole.

–Y por qué, si usted se levanta después de las doce p.m. ?

–Es que voy a levantar a todos los amigos, para tomar las armas, vamos hacer una guerrilla, tipo sudamericana, para luchar por las comunidades vulnerables, vamos a luchar por los LGTB, los ocupas, los rebeldes sin causa, y otros

–Sabe, compadre, no me lo tome a mal, pero para mí, que usted está todo súper pendejo.

–Qué pasó, compadre ! Vamos hombre, más respeto, que yo estuve a punto de bautizar a su hijo, pero no llegué, porque se me pasaron las copas, pero sí quería llegar !

–Bueno, compadre, usted discúlpeme, pero es que; no mame, cómo se le ocurre ?

–Pues, si los sudamericanos lo hacen, por qué yo no ?

–Mire compadre, yo a usted lo estimo mucho, pero la verdad hoy amaneció más estúpido que de costumbre, mejor parece temprano, ya deje el alcohol, y póngase a trabajar.

Me voy compadre, y piense bien lo que le dije.

Roque llega a la casilla de votar, y ve  que está sola, todo ha cambiado, no es la misma que ve en cada día de elecciones, y todo luce muy moderno, más de lo que esperaba.

–Y ahora dónde están los encargados ?

Solo hay una esfera amarilla de plástico,  con  una cara que muestra una enorme, amplia, y robotizada  sonrisa, al ciudadano que llega a votar.

Roque la ve fijamente…

Sorpresivamente, la esfera abre la boca y le dice :

— Ciudadano… Por favor, deme de comer !

–Qué…  ?!

Por favor, deme de comer su voto.

–Cual comida y cual voto… ?!

–El voto que usted va ha depositar.  Por favor, póngalo en mi boca.

–Está usted participando en el nuevo sistema de votación  robotizada, y le tengo que decir que su voto es el número 5470. DIGITALIZARÉ SU ROSTRO PARA QUE NO VUELVA USTED A VOTAR. ES POR SEGURIDAD.

–Bueno, está bien.  Aquí está mi voto.

–Gracias ciudadano. Lo comeré ahora.

–La esfera come el voto de Roque.

–Gracias, ciudadano.  Mi sistema indica que es un ciudadano con derecho a votar.

Vuelva a casa, o siga su camino. Pronto se darán los resultados de la elección.

Y dónde están los empleados de la casilla ?

–Oh…! Fueron sustituidos por mí. Soy honrado y 1000 por ciento, eficiente. Por favor, continúe su camino.

–Vaya ! La edad moderna, eh ?

–Por qué se come los votos ?

–Son procesados al instante, y se convierten en energía para mi cuerpo, el excedente lo mandamos a la red publica. Es ecología y eficiencia.

Roque vuelve al trabajo, y descubre que los empleados discuten por una larga lista de compañeros, que han sido despedidos.

–Por qué fueron despedidos  ?

–Roque..–le dice Dafne, su más bella y rubia compañera–Es por rentabilidad, los jefes  han comprados 20 robots, dicen que hacen lo mismo que ellos.

–Y si pueden hacer lo mismo que ellos, por qué no  dejan a los empleados ?

–Los robots no comen, Roque, no se enferman, y no piden utilidades–contesta Dafne.

En ese momento, Roque y todos los empleados, ven entrar una larga hilera de Esferas amarillas de plástico, luciendo sus rostros,  una muy grande y feliz sonrisa.

–Con permiso, por favor, dice la que va adelante–Somos el nuevo sistema de empleados de alta eficiencia. Nos dará gusto trabajar con ustedes. Muy buenos días.

–Muy buenos días!–dicen a coro todas las esferas robot.

–Buenos días!–contestan Roque y los empleados.

–Vaya..! La era moderna,¡¿ eh ! ?–exclama Roque.