En contra mano (el reves del mundo)

En contra mano (el reves del mundo)

Walter Montoya

06/06/2019

Para empezar, el trabajo nocturno es siempre un poco más sacrificado a mi modo de ver. Ser un ser nocturno es simplemente ir contra la corriente. A contra mano. Al reves del mundo. Cuando todos están saliendo a sus trabajos; yo apenas si estoy regresando o preparandome para dormir.

Y no es que me queje. Es lo que elegí. O quizás me eligió. No lo sé.

Hace más de 20 años que vivo de noche, y sobrevivo de día.

El trabajo no es malo. No es lo que siempre soñe. Pero el sueldo es bueno y dentro de las posibilidades me ha permitido progresar.

Quizás lo malo de estar en contra del mundo es que se pierden pequeños detalles. El ver despertar a tu hijo en la noche y pedir que lo arropes. O calmar su llanto en las noches. O leer un cuento para que pueda dormir.

Esas son cosas que solo gozaba los fines de semana.

Un sabado por la noche podía hacerlo.

El trabajo es como un embudo. Allí se pierde mucho del tiempo que esta vida nos da. El verdadero tiempo. No es fácil conciliar la vida familiar con la laboral.

O se aprende a los golpes. O bien se vuelve uno parte de esa maquinaria aceitada y que es un devorador de sueños y de ganas. La realiadad es eso.

Es acostumbrarse a tener lo que podemos, o ir detrás de aquello que ansiamos y que consideramos que nos hará felices.

Yo estoy aun intentando entender que es lo que debo elegir.

Es decir, estuve optando muchas veces y jamás tomé la iniciativa totalmente.

Quizás sea momento de entender. De entenderme. De intentar ser fiel a mis necesidades. Sin priorizar las de otros. Ser yo mismo.

Ahora voy tras de eso. Es lo bueno de trabajar de noche. Hay mucho tiempo para hablar con uno mismo. Para comulgar con esa parte que se despierta en el más absoluto de los silencios.

Aun así, no niego que da miedo. Es lo que la sociedad nos ha impuesto. Es lo que nos enseña. A temer. A ser dependientes de un pensamiento colectivo y a no romper ciertos estereotipos .

Pero como todo ser nocturno. Voy a contra mano. Estoy dispuesto a seguir a ese joven que fui y en algún lugar de mi interior sigo siendo.

Mañana ingresaré nuevamente. Tomare la tarjeta. Enfrentaré el reloj. Sabre que en ese mismo momento mientras estoy por empezar mi noche. Allí en mi trabajo, mis hijos estarán comiendo. Mis amigos quizás estén viendo la TV. Otros estarán pensando en lo monotono de preparar el despertador para mañana.

Quien sabe.

No existe manera de saber que pasara. Solo es necesario tomar una decisión .

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