Desde la infancia, mi madre me enseñó la importancia de ser dedicado en el desempeño de mis labores, eso sin importar si el pago fuese justo o todo lo contrario.

¿Y por qué?

Pues sencillamente porque el trabajo bien hecho, deja marcas en nuestro camino y fortalece nuestros conocimientos. En otras palabras, «hacer las cosas bien, garantiza una buena experiencia adquirida, sean cuales sean las respuestas de los beneficiados…»

En muchas de nuestras facetas, encontraremos personas que valoran a quienes muestran iniciativa, responsabilidad, fortaleza y soluciones cuando aumenta el estrés y la presión laboral. Sin embargo, no cabe duda que otros personajes sienten que quienes son esmerados, son una amenaza o algún tipo de competencia.

A CONTINUACIÓN LES CONTARÉ PARTE DE MI EXPERIENCIA LABORAL

Año 1997 – En las prácticas de trabajo, previas a mi graduación de sexto año, ejercí labores como cobrador (vía telefónica), me parecía interesante dedicarme a hacer llamadas telefónicas todo el día, los jefes pudieron notar que tenía muy buena metodología de cobros y que era muy bueno en la interacción con los clientes endeudados, obteniendo diversos abonos a las cuentas en tan solo treinta días. De la oficina de cobros del almacén de calzados, fui transferido a cobros de la oficina legal de la misma empresa, y luego de finalizar mis días de práctica laboral, recibí una bonificación y un certificado por mi participación durante el lapso de tiempo que laboré con ellos.

1998 – Una fábrica de artículos plásticos fue mi primer lugar oficial de labores, el dueño y los supervisores eran originarios de China, muy estrictos en sus normas y reglas y de muy mal carácter. En el lugar se fabricaban cubiertos de plásticos, tapas plásticas para envases y otros artículos de igual importancia. Luego debí abandonar ese trabajo, debido a que en esa empresa, para dichas labores solamente contaban con el turno nocturno (de 11:00 pm a 06:00 am), lo cual era demasiado desbastador para mi.

A mediados de ese mismo año (1998), ingresé a un supermercado, en donde por primera vez me sentí lleno de mucha alegría, veía personas a cada instante, llegaba a las 07:00 am y me retiraba a veces a las 09:00 pm, laborando horas extras, y siempre era mucho más emocionante cuando llegaban los mercaderistas y demostradoras de las diversas empresas que distribuían sus productos representados. El compañerismo y el buen ánimo era cotidiano porque todos amaban el trato con múltiples clientes. En ese entonces, me enfoqué en llegar a ser mercaderista y posteriormente vendedor y siguiendo ese objetivo, al pasar los seis meses de mi contrato, renuncié para aprovechar una oferta laboral con ese perfil pero me rechazaron por las políticas contradictorias del supermercado en el que yo laboraba. Es decir, si yo firmaba contrato con la empresa para laborar como mercaderista, no podría ingresar los productos de la empresa en la cadena de supermercados para la que yo laboraba.

Durante aproximadamente cinco meses del segundo semestre del año 1998 estuve desempleado y luego fui contratado en un almacén de prendas de vestir, pero no duré ahí más de 3 meses, debido a que no era de mi agrado. Posteriormente estuve ejerciendo actividades laborales sin contrato por más de un año (1999), hasta que, en enero del año 2000 inicié labores en una empresa de ventas de materiales de construcción.

SUCESO INESPERADO

La mañana del 7 de abril del año 2000, llevamos el vehículo a servicio de mantenimiento y aproximadamente 3 horas después sufrimos un accidente automovilístico muy grave, por el cual me mantuve unos meses desempleado.

2000 – Ingresé a una organización en donde estuve laborando durante 5 años como oficinista, cajero y asistente administrativo.

2002 – Inicié mis estudios en materia de informática, alcanzando únicamente el nivel técnico superior universitario. Posteriormente, presenté mi renuncia por razones de aspiraciones mayores (enero del año 2006).

2006 – El resto del año 2006 me mantuve laborando como asistente en una emisora de radio hasta mediados del año 2007, luego de adquirir mi licencia de locutor. Luego incursioné en otra emisora, adquiriendo una experiencia mayor a la anterior pero me retiré tiempo después, de igual manera que en la estación anterior por recibir poca remuneración.

2008 – Incursioné en labores como asistente de un distribuidor independiente de productos en distintos supermercados, con la intención de desenvolverme de la misma manera en el futuro, después de haber aprendido de él, pero no conté con los pormenores que habría de enfrentar, y las intenciones de surgir como comerciante en ese aspecto fueron un fracaso.

2009 – Firmé mi primer contrato en una institución de gobierno (3 meses) y al culminar el contrato, fui considerado para varios contratos más durante los años 2010 y 2011. Entre los años 2010 y 2012 ejercí labores eventuales, totalmente paralelas como agente de seguridad en otra institución y en una discoteca.

2012 – Firmé mi contrato como servidor público permanente y me mantengo en la misma institución desde ese año hasta la fecha actual (año 2019).

¿Por qué «Polifacético»?

Simple: En mis años de labores he ejercido funciones de ayudante general, oficinista, asistente administrativo, agente de seguridad, operador de controles, locutor, encargado de facturación y cobros, jefe de tesorería, técnico de mantenimiento y reparación de computadoras, y mi función actual como administrador de redes. Muchas de mis actividades laborales no fueron mencionadas. Los lugares de trabajo no fueron mencionados para mantener la ética profesional correspondiente.

Agradezco al creador por toda la experiencia laboral adquirida, ya que he tenido el privilegio de permanecer cada vez más tiempo en los últimos lugares de trabajo que he adquirido.

Muchas bendiciones y gracias por la oportunidad

Su amigo Anthony Mcdonald Small

República de Panamá / Ciudad de Panamá

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