Desde pequeños nos enseñan el valor e importancia del trabajo…
(por lo menos lo intentan)
Nos hablan del trabajo duro y honrado, nos inculcan que debemos esforzarnos para mantenernos en nuestros puestos de trabajo el mayor tiempo posible… esto, sin importar las condiciones ¡Total! A fin de cuenta debemos agradecer que tenemos un trabajo que nos da de comer ¿no?
¡Mucha gente muere de hambre por falta de empleo… o así nos lo hacen creer!
Durante mucho tiempo me he cuestionado, quien da de comer a quien… si un trabajador “no puede vivir sin trabajo» o son los “trabajos” los que no pueden existir sin sus trabajadores. Es aquí donde he sentido que el desequilibrio se materializa entre la obligación de trabajar Vs la motivación del querer hacerlo…
¡La frustración invade al colectivo, la insatisfacción de ocupar puestos donde sus capacidades se ven limitadas… donde su crecimiento está supeditado al criterio subjetivo del jefe y donde realmente son «la autoestima y el ego” quienes se confrontan cada día durante la jornada… no el conocimiento! Si la seguridad laboral del jefe se siente amenazada por tus capacidades eventualmente este se encargará de que nunca mas veas la oportunidad de brillar por encima de su sombra.
Mi trabajo desde afuera luce encantador y soñado… ¿Quién no desea trabajar en un lugar como este? Un resort en el caribe, que una vez al año invita a sus vendedores a pasar una semana con todo pago… un trabajo que el 90% del tiempo pasas fuera del país, por lo que la aventura de abordar aviones está a la orden del día…
Acumulando tantas millas como frustraciones por no poder jamás ocupar un cargo superior al que se tiene… donde la función principal del “jefe” es limitarte, y tu techo es más bajo que el de tu oficina…. donde comunicarte con un compañero puede ser un acto de deslealtad y amenaza, vives bajo la lupa de la inseguridad… donde la burocracia del sistema invade cada día la mediana empresa que se proyecta grande, pero todo lo gestiona como el pequeño abasto de la esquina… un trabajo donde hay que mirar si la luna se alineó con el sol y entonces quizás ese día te den rienda suelta a diligenciar tú mismo las funciones por las que has sido contratado…
Un trabajo donde los entrenamientos y capacitaciones son las que tu impartes a los clientes, pero las que jamás recibes de parte de la organización… donde tus metas son lo suficientemente altas para no alcanzarlas y utilizar de excusa al mercado infructuoso que jamás ha sido estudiado… donde cada cargo directivo ha sido elegido al azar y con la punta del dedo seleccionan a quienes lideraran los equipos aun sin tener un mínimo de conocimiento o habilidades para ello.
Trabajar para cubrir gastos es como cavar una tumba para tu propia profesión… te quemas dentro de las organizaciones haciendo solo aquello que el jefe te cree capaz de hacer… no lo que tu verdadero potencial puede alcanzar…
Hoy me encuentro en la mayor de mis frustraciones como profesional, laborando para un paraíso caribeño donde todos desean estar, pero del que una vez que entras solo sueñas con salir… detestar lo que amas termina siendo la mayor de las contradicciones jamás vividas, ¡solo debes buscarle una salida… yo me refugio en la adquisición de nuevos conocimientos, busco la respuesta entre las líneas que leo y combato mis demonios entre los libros que sueño escribir…
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