ALQUIMIA DE LA PIEDRA AL VINO…

ALQUIMIA DE LA PIEDRA AL VINO…

Mary Laudicina

14/05/2019

MI PADRE…un joven de ojos celestes cielo, apenas dejando la adolescencia; hijo del Nono gringo, acaudalado, pujante y luchador como pocos; trabajaba duramente la tierra para hacerla producir en el desierto mendocino, considerando como único indicador de inicio y fin de la jornada a la salida y puesta del sol..

En aquellos años…me contaba…que llegaba tarde a la escuela, porque en invierno, la luz del día asoma más tarde y ése era el momento de levantarse…tal vez porque la cultura del trabajo era muy importante y necesaria, sólo cursó tercer grado de primaria…pero ello no fue un obstáculo para convertirse en una persona próspera, respetada, educada, prudente y de notables valores morales…un gran y distinguido hombre, que supo granjearse éxitos y reconocimientos por su estilo intachable de vida.

Ese muchacho, casi niño, heredó varias hectáreas de tierra virgen, óptima para viñedos…pedregosa, seca, alta, fría…ubicada justo donde terminan los vestigios del trajín del hombre y comienza el campo que sólo conoce el sonido del viento, de los pájaros, el andar de la fauna al brillo del sol, la luna y las estrellas…

Con sus herramientas rudimentarias…arado tirado por un caballo, pico, pala y barreta, limpó el semillero de piedras de la desolada madre tierra, que esperaba ansiosa fructificar en sarmientos, brotes, pámpanos y racimos oscuros, listos para convertirse en el afrodisíaco elixir de vino tinto, que se haría presente en las mesas familiares, encuentros festivos o formales, ocupando el lugar del brindis de los buenos augurios o de los logros de la pujanza del pueblo montañés.

Esta región de La Consulta, San Carlos, seca con escasas lluvias, se reverdece porque el trabajo de zapa del hombre, abre acequias que surcan como venas todo el territorio; bordeadas de alamedas y sauzales, canalizan el agua espumosa, al bajar torrentosa del deshielo de la montaña; recorriendo cada rincón donde se quiera hacer un cultivo de vid, frutales u hortalizas…por toda la provincia, surco por surco, esperando el día del turno dado por ley, en horas y minutos de acuerdo a la extensión…momento en que el labriego cuida estrictamente que nada impida su distribución, el riego es sagrado de noche, de día, con lluvia, frío, calor, feriados, fiestas familiares, cívicas o religiosas.

Mi viejo querido, siempre tan orgulloso de su cotidiano trabajo, henchido de satisfacción al ver sus manos y pies callosos, agrietados, curtidos por la rudeza de la actividad…no era suave la tarea de dejar lista la tierra para cultivar; luego de sacar piedra por piedra, hasta formar una pirca en derredor de la bienlograda finca…semejante a la cordillera de Los Andes, que la enmarca a sus espaldas y persiste como fiel testigo de las huellas dejadas por este inmenso y amado ser.

Su creatividad, sabiduría, espíritu inmenso, sentido común, elaboración mental, inquietud, dinámica y férrea acción, entonaron un himno al significado del trabajo amado, dignificante y promotor de concreción de sueños, objetivos, proyectos e impronta del recorrido por la vida.

Cómo no amar profundamente su trabajo…cómo no hacerlo si en cada esfuerzo un fruto; en cada desafío un logro; en cada fracaso un nuevo aliento dado por el aire, el cielo límpido; el paisaje majestuoso de jarillas, chilcas, cactus, chinchill, tomillo,,,sirviendo de cobijo a quirquinchos, zorros, perdices, martinetas y aves vistosas que desde lejos sus cantos diversos, disputan competencia de actuación,,,

BENDITO TRABAJO DE MI PADRE!!!…CÓMO NO AMARLO!!!

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS