Construyendo Ilusiones

Mateo era un joven como cualquiera, la única excepción que lo diferenciaba de los demás era las cicatrices que tenía en la cara y añadido a eso las marcas del acné hacian que cada dia deseara ser especial, el único consuelo era que cuando el termine la universidad y dejara de pagar las costosas pensiones se iría a un lugar en donde ni el conocía pero si sabia que hacían transformaciones. Conocía a una chica que llamaba su atención desde que se conocieron en la universidad. Nada importante hasta que él la invito a almorzar y desde ese día algo cambio en el pero no sabía exactamente si ella sentia lo mismo.

MARTES.

Era un típico martes, pero con bastante estrés y cargado de emociones debido a que faltaba solo una semana para el inicio de los exámenes finales y dos para la publicación de notas y se sabría el resultado de si pasabas una feliz o triste navidad añadido a que desaprobar un curso tendría consecuencias como el incremento de la pensión para el siguiente ciclo. Quedaron en reunirse a las 9 de la mañana para culminar el informe del curso de gestión de residuos sólidos.

– Chicas… ¿A qué hora van a llegar?

era lo que Mateo había escrito en el grupo de WhatsApp, es que en esta parte del mundo era común que una chica llegara más tarde de lo indicado.

– Disculpen estaré allí en 10 minutos.

20 minutos después todos estaban reunidos y empezaron a dividirse los trabajos, a Jose le toco los presupuestos, a Mateo diseño de planta, a Milagros maquinarias y equipos, a Carolina analisis y estudio de la poblacion beneficiada.

Mateo decidió ir al tercer piso de la biblioteca porque allí los estudiantes hacian menos ruidos, quizo tomar un módulo personal, pero todos estaban ocupados, solo había módulos grupales así que no quedaba otra que estar allí y esperar a que Nicol su otra compañera de grupo se sentara a su lado.

Las horas pasaban 10, 11, 12, de la mañana nada inusual Nicol se había ido porque tenía clases a las 12:20. No se sabe a ciencia exacta si existe la suerte o que los planetas se alinearan ese día pero un grupo de chicas se acercaban a él porque a su lado había un módulo grupal vacío y para su sorpresa allí estaba la chica que le gustaba, no lo podía creer tampoco saber si era cierto o falso y al mismo tiempo aparecía otro problema, que si tendría el valor de decirle algo o simplemente callarse y ver que se sentara a su lado que termine de hacer su trabajo y se vaya, pero era la única y tal vez la última oportunidad que la tendría sola y a su costado porque después de cierto tiempo sus compañeras se habían retirado y solo quedaban los dos (sin mencionar los demas estudiantes que estaban allí), así que era la oportunidad perfecta, pero como decirle algo si con solo pensar en ella sus manos sudaban y temblaban a un ritmo desenfrenado, las palabras se le escapaban de la boca. Ella empezó a alistar sus cosas cerro la laptop y después lo metía a su mochila, pero el seguía allí tieso como una piedra viendo lo que ella hacía pero…

– Hola Alessia…. – ¿qué harás? -. – ¿podemos almorzar?

-Hola. ya está bien

no podía creerlo lo que el había querido y soñado se habia cumplido y para una felicidad al cuadrado no la había rechazado. Empezó a llenar las cosas sin importar si estaban ordenados.

Termino la secundaria en un colegio publico y cuando estaba en cuarto grado sus padres le habian puesto en un academia para que pueda ingresar en una universidad publica y así evitar pensiones en el futuro, pero el destino le tenía otra sorpresa. Antes de terminar el colegio tendría que tomar su verdadera prueba el examen de primera selección de la universidad.

Una semana antes del examen

– El que ingresa el domingo a la universidad ya no puede venir al colegio.

El profesor de matemáticas dio el mensaje. Él era un tipo alto, pero con una expresión de miedo. Según se acercaban los días para el examen algunos de sus compañeros empezaban a preocuparse otros que eran los que más sabian en su salón simplemente eran optimistas.

Domingo por la mañana el día al fin había llegado sus padres lo levantaron temprano porque desde su casa hasta la universidad donde tomaria el examen era bastante lejos y si a eso se le sumaba el congestionamiento vehicular.