El hesperidio carnoso en su conjunto de puntos en el espacio tridimensional con respecto a su centro y equidistante en igual longitud de su radio, rueda dos centímetros con un milímetro y medio por la parte externa de la superficie de la bandeja de plástico resistente, hasta que por el fenómeno natural de la gravedad unen los puntos ambas masas en su quietud, y es en ese momento cuando, dependiendo de la intensidad del campo gravitatorio y el espacio y lugar que ha ocupado la Citrus x sinensis, la pantalla de la báscula comercial fabricada en hierro inoxidable de capacidad 50kg, con impresora de tickets, muestra en sus tres pantallas de LCD de protección, situadas, dos en el frontal y otra en el lateral, encendiendo los led de color verde en los valores de los cincos dígitos, su peso actual, el precio del producto y precio por la unidad más alta definida.
Todo esto pensó Macedonia Paniagua nacida el 31 de diciembre a las 🕰 23:59:59 en el año 1988 por cesárea segmentaria en la cual el Doctor Emilio Aguadulce realizó una incisión vertical, que aunque desaconsejado por sus colegas de profesión debido a la alta probabilidad de seccionar más fibras, arriesgó, pues sabía que Doña Fresa Almadura tenía la placenta más crecida en la parte baja de la matriz cubriendo la abertura hacia el cuello uterino, extrajo a la criatura, no sin que su cuerpo achicase gran cantidad de líquido transparente segregado por las glándulas sudoríparas de su piel, eliminando con ello pequeñas cantidades de sodio, potasio, calcio y magnesio y por supuesto, sirviendo de reacción fisiología como mecanismo de defensa por la situación acaecida. Macedonia Paniagua no lloró por el azote del Doctor Emilio Aguadulce sino por las primeras palabras que escuchó de su abuela materna Lali-monera 🍋:
-No he visto molondro más grande que el de esta niña ¡Por Dios santo! ¡Es una 🍉!
– Cállate Lali-monera que eres más ácida. Eso es que la niña va a ser inteligente, es algo bueno, llevará bien el negocio familiar llevando las cuentas – subsanó su abuela Hermenegilda, conocida en el pueblo como Lamanzanera 🍎.
Desde hace milenios llevaban sus antepasados fruta en la sangre y Macedonia Paniagua tenía marcado su destino sin opción a elección ¡Ni pensarlo! Ni leche materna probó, lo primero que entró por su boquita ¡la compota de manzana de su tía Lamanzanera!
Pues bien, Macedonia Paniagua no pudo escapar de su destino y con 30 años, 2 meses y 19 días había, como todos los años, los meses, y los días anteriores desde que aprendió a andar y hablar, despachado en la frutería familiar, y esa tarde, martes 19 de marzo había despachado:
A las 18:02:59
– 2 kilos de la Malus doméstica, 🍏 Gala Golden, nacida por fortuna y extrañas coincidencias en Estados Unidos entre la Grimes Golden y la Golden Reinette, cultivada en todos los lugares, más beneficiosamente en el hemisferio norte, quedando seis meses y dos días y medio para realizar la fecha de cultivo óptimo. Todo ello bien despachado en el cuerpo geométrico de superficie lateral curva y cerrada que termina en vértice del papel de estraza. Proporcionado con esto a Doña Manolita Callecortada, no solo un excelente servicio sino aportando a Fermín Ventanachica, su marido, y a su hijastro Alejandro Sinaire un valor nutricional por la ingesta de una cantidad de 100g de las deliciosas malus, 52 calorías, 0,2 g de grasas totales, 0 mg de colesterol, bueno para el corazón de Fermín Ventanachica ya que tiene las lipoproteinas del tipo LDL.
A las 19:21:59
– 4 bananas 🍌 provenientes de honduras según el proveedor, con unas cualidades físicas envidiables, en tamaño, color, firmeza; alargado, curvado y carnoso (el fruto, no el proveedor).
– 4 bayas de la enredadera Actinidia deliciosa 🥝, con unas dimensiones entre los 6,22 cm y 6,26 cm de largo y un color en el pelaje envidiable.
-Media docena de huevos de granja ecológicos 🥚 provenientes de gallinas felices según el proveedor, pero a lo que Macedonia Paniagua no da crédito, pues sabe que no existen medidores de felicidad para las gallinas, al igual que no existe para los seres humanos. Claro está que a una persona puedes preguntar qué tal de feliz se siente y puede indicarte con algún tipo de medición, «tan feliz estoy como dos kilos de boniatos bien despachados» como decía su tío Luisete Eldelascoles que en paz descanse.
Y de 19:35:59 hasta las 20:40:59 ni un alma.
Hasta que:
A las 20:50:50 a escasos minutos del cierre, a lo lejos, la silueta de Josefa Escoja con su muleta, que mientras llega y no, y abre la puerta y no, pero que al final sí, con ayuda de Macedonia Paniagua, han dado las 20:56:59.
El hesperidio carnoso en su conjunto de puntos en el espacio tridimensional con respecto a su centro y equidistante en igual longitud de su radio, rueda dos centímetros con un milímetro y medio por la parte externa de la superficie de la bandeja de plástico resistente hasta que por el fenómeno natural de la gravedad unen los puntos ambas masas en su quietud, y es en ese momento cuando, dependiendo de la intensidad del campo gravitatorio y el espacio y lugar que ha ocupado la citrus x sinensis, la pantalla de la báscula comercial fabricada en hierro inoxidable de capacidad 50kg, con impresora de tickets, muestra en sus tres pantallas de LCD de protección, situadas, dos en el frontal y otra en el lateral, encendiendo los led de color verde en los valores de los cincos dígitos, su peso actual, el precio del producto y precio por la unidad más alta definida.
Todo esto pensó a las 🕰20:59:59 el martes 19 de marzo Macedonia Paniagua dependienta en la frutería familiar antes de que su madre Fresa Almadura le dijese a Josefa Escoja:
– ¡Josefa, coño! ¿Una sola 🍊 te vas a llevar?
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