“ Se laminan animaleS ”

“ Se laminan animaleS ”

Ahora que ya soy un reconocido escritor, recuerdo que en la escuela mi maestra me regañaba por no entender que debía leer de izquierda a derecha. Y es que como soy zurdo, yo lo hacía al revés, o sea de derecha a izquierda, y no comprendía nada, hasta que una vez leí en un libro, que mientras “Ana lava lana”, Anita lava la tina” , pero ¿de qué “Ana” hablaban?, pues de Ana la galana”, “Ana, la tacaña catalana”.

También decía que en la abadía, “Dábale arroz a la zorra el abad”, y cuando se lo acababa, le pedía a su ayudante Sam:

—Por favor dale “Más arroz a la zorra, Sam” y con ella “Sé brutal o no la turbes”.

¡Genial!, pensé, eso sí que lo entendí. Entonces empecé a “Reconocer” que “Ana lleva al oso la avellana”, porque en verdad lo “Ama”.

Por otro lado, aunque tengo un “Ojo rojo”, “Yo soy” el que en “La tele letal”, durante un partido de fútbol, “Logré ver gol”. Recuerdo muy bien que ese día el comentarista anunció:

—“Logra Casillas allí sacar gol.

Mientras tanto, en el medio tiempo, Yo hago yoga hoy. ¡Maravilloso!

Me propuse, entonces, escribir un relato que ayudara a quien tuviera el mismo problema que yo.

Dicho escrito habla de unos marineros que se encuentran descansando en una base naval, cuando se dan cuenta que repentinamente “Se van sus naves”, por lo que se organizan y “Lavan esa base naval”. Un reportero quiso subir a un barco cercano para fotografiarlos mientras trabajaban, pero uno de ellos le dijo:

— “No subas, abusón”.

Molesto, llamó a su patrocinador, solicitando ayuda mediante un donativo, quien le respondió:

—“Yo dono rosas, oro no doy”.

Decepcionado, decide buscar un bar y sigue “La ruta natural”. Al llegar, descubre que “El bar es imán o zona miserable”. Pregunta entonces por una cortesana para pasar el rato, y señalando a una dama le dice el barman :

— “Ella te da detalle”, a la vez que grita ¡”Eva, ya hay ave”!, suban a la habitación “111”, y sin misericordia, “Amad a la dama”, pero por favor “Amigo, no gima”, porque sucede que Eva, es una mujer casada. Sin embargo, no se preocupe, ya que Le avisará Sara si va él”, por lo que en esta ocasión, No bajará Sara jabón”, pues debe estar muy pendiente de la puerta.

Por mi parte no hay problema, amigo, pero recuerde que “Amar da drama”, contesta el joven reportero.

Al entrar a la habitación, encuentran un ave revoloteando cerca de la ventana, saliendo despavorida por la misma, a lo que él exclama:

—“¿Acaso hubo búhos acá?”

Y ella responde:

—Se trata solo de una paloma, no te preocupes porque yo “Amo la pacífica paloma”.

Ella le dice que lo nota muy cansado.

—“Lo sé dama de sol”, responde él, apaga por favor esa “Luz azul”, que con su brilloAnula la Luna”.

No entiendo a qué te refieres, argumentó la dama.

—Solo te digo que “Anula la luz azul a la luna”, repitió el caballero, quisiera descansar un rato, quedándose dormido en el acto.

—No te preocupes, “Anularemos a la somera luna”, contestó ella.

Cuando por fin él despierta, le contó de sus padres. Le dijo:

—A pesar del agrio carácter de mi madre, “A mi me mima”, y ambos “Aman a Panamá”, pero tienen más “Amor a Roma”, por lo que decidieron celebrar sus bodas de plata en esta ciudad.

—Bueno, agregó, en realidad “A mamá, Roma le aviva el amor a papá, y a papá, Roma le aviva el amor a mama”, a lo que ella replica:

—Qué bueno que ya despertaste porque “Isaac no ronca así”.

—“Nada, yo soy Adán”, contesta él. Pero platícame, ¿por qué si eres casada andas en este negocio? ¿Qué acaso perdiste el decoro?

—“No dí mi decoro, cedí mi don”, argumentó ella. Lo que pasó fue que un día, mientras hablaba por teléfono, alcancé Oír a Darío, mi esposo, decirle a su compadre Juan que Eva usaba rímel y le miraba suavey que además Así le ama Elisa”, y también Así le folló Felisa”. Por otra parte, él trabajaba para alguien que era O Rey o joyero, en realidad nunca lo supe, solo sé que le Robaba oro a babory como para esto Se es o no se es, y “Somos o no somos”, y mientras Sale el as, decidí mejor irme de la casa.

¿Y qué me dices de tu moral?, preguntó el reportero.

—“La moral, claro, mal, respondió ella. Por eso cambié mi nombre. Mi verdadero nombre es Romina.

—“¡Ánimo Romina!”, tu marido pensará que eres una cualquiera.

—“Eso lo dirá mi marido, lo sé”.

Después de platicar un rato, deciden bajar al bar a tomarse una copa, pero al pasar frente a la habitación, “99”, escuchan a un hombre decir:

—“Sometámos o matemos” a Adán, recuerda que “Adán no calla con nada”. Debemos “Atar a la rata”.

—De acuerdo, contesta una mujer, “Átale, demoníaco Caín o me delata” y “A la catalana banal, atácala”, pero por piedad, a mí no me hagas nada.

—“A ti no, bonita”, contestó el caballero. Sabes que “Yo de todo te doy”.

—Pero, qué “Odiosa ¿has oído?” , “¡A la gorda drógala!”. Quién diría que en esta misma habitación, mañana “Oirás orar a Rosario” mientras que “Sor Rebeca hace berros”. Tal pareciera que “Añora la roña”, vociferó Romina.

En fin, ya aprendí a leer y escribir en ambas direcciones, después de repasar este relato “11”, “22” o “33” veces, no lo recuerdo, y nunca supe en verdad, si los protagonistas “Son mulas o cívicos alumnos” …


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