Categoría: Alumnos/as Curso 4° de primaria
En el confinamiento todos
tuvimos algún sufrimiento
sobre todo la creencia del murcielaguín
que a su vida le pusimos un fin.
¡¡Ay!! Pobre ese chino
que se quedó hecho un mandarino.
Aquí los parques cerrados
con diez mil candados.
¿Por qué tenemos tan mala suerte?
Bueno, al menos parece que tenemos un ERTE.
Las calles de León desiertas,
y nosotros aquí poniendo todo el rato alertas.
¿Vosotros creéis que el coronavirus tiene sentimientos?
Porque yo creo que se los lleva el viento.
Pobrecitas nuestras fosas nasales
que al final van a parecer dos piedras minerales.
A ver si podemos poner un fin a este relato
que nos está durando un rato.

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