Categoría: Alumnos Curso: 2º E.S.O.

Mi nombre es Toby y soy un perro. Vivo en Madrid con una familia humana. Desde hace ya un año, pasan cosas un tanto extrañas. Os voy a contar mi historia antes de que cambiara mi vida:

Este era yo:

Me pasaba todo el día solo en casa. Me sacaban por la mañana y por la noche a pasear y me daban de comer. Casi no les veía ni el pelo.

Y de un día a otro, todo cambió. Empezaron a quedarse todo el día en casa tecleando cosas delante de unas televisiones pequeñas e incluso hablaban con ellas.

No sé si eran efectos secundarios de no salir de casa, seguramente se volvieron locos. Me prestaban más atención y me sacaban a pasear muchas veces al día. A veces, no eran ni mis dueños lo que me sacaban. Al principio pensé que me iba a quedar en los huesos de tanto andar.

Pero como me daban bien de comer y hacía mucho ejercicio, me puse cachas.

También se pasaban hablando todo el día de un bicho que era el culpable de que no salieran de casa… ¡Qué tontería! ¡Que me lo dejen a mí, que soy el terror de las hormigas!

Esto duró bastante tiempo, pero luego todo pareció volver a la normalidad… menos por una cosa: Los humanos se ponían bozales para salir a la calle. Debe ser que de estar encerrados, se han vuelto más agresivos y se muerden unos a otros. La verdad, me lo creo todo porque después de saber que comen perritos calientes… Menos mal que yo soy muy frío… Bueno, mientras no me muerdan a mí.

Últimamente, suelo oír que están deseando que les pongan una vacuna. No lo entiendo, yo que cuando veo una jeringuilla en el veterinario salgo huyendo por patas.

En fin, a ver si pronto todo vuelve a la normalidad y dejan de intentar morderse unos a otros y yo vuelvo a mi rutina de antes

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