COMO AGUA PARA CHOCOLATE, DE LAURA ESQUIVEL

COMO AGUA PARA CHOCOLATE, DE LAURA ESQUIVEL

Clara González

25/02/2014

Comienzo de la novela Como agua para chocolate, de la autora Laura Esquivel:

«INGREDIENTES:

Una lata de sardinas en jitomate

1/2 de chorizo

Una cebolla

Orégano

Una lata de chiles serranos

10 teleras

MANERA DE HACERSE:

La cebolla tiene que estar finamente picada. Les sugiero ponerse un pequeño trozo de cebolla en la mollera con el fin de evitar el molesto lagrimeo que se produce cuando uno la está cortando. Lo malo de llorar cuando uno pica cebolla no es el simple hecho de llorar, sino que a veces uno empieza, como quien dice, se pica, y ya no puede parar. No sé si a ustedes les ha pasado pero a mí la mera verdad sí. Infinidad de veces. Mamá decía que era porque yo soy igual de sensible a la cebolla que Tita, mi tía abuela.

Dicen que Tita era tan sensible que desde que estaba en el vientre de mi bisabuela lloraba y lloraba cuando ésta picaba cebolla; su llanto era tan fuerte que Nacha, la cocinera de la casa, que era medio sorda, lo escuchaba sin esforzarse. Un día los sollozos fueron tan fuertes que provocaron que el parto se adelantara. Y sin que mi bisabuela pudiera decir ni pío, Tita arribó a este mundo prematuramente, sobre la mesa de la cocina, entre los olores de una sopa de fideos que se estaba cocinando, los del tomillo, el laurel, el cilantro, el de la leche hervida, el de los ajos y, por supuesto, el de la cebolla. Como se imaginarán, la consabida nalgada no fue necesaria pues Tita nació llorando de antemano, tal vez porque ella sabía que su oráculo determinaba que en esta vida le estaba negado el matrimonio. Contaba Nacha que Tita fue literalmente empujada a este mundo por un torrente impresionante de lágrimas que se desbordaron sobre la mesa y el piso de la cocina.

En la tarde, ya cuando el susto había pasado y el agua, gracias al efecto de los rayos del sol, se había evaporado, Nacha barrió el residuo de lágrimas que había quedado sobre la loseta roja que cubría el piso. Con esta sal rellenó un costal de cinco kilos que utilizaron para cocinar por bastante tiempo».

Este comienzo de novela, con una receta y su forma de elaboración, entremezclado con el nacimiento de la protagonista, es el mejor que he leído ya que sabe conjugar la ironía y la imaginación con la naturalidad de contar una historia que nos parece totalmente cierta.

Nos determina el origen de Tita, la relación que va a existir entre ella y el amor por la cocina desde su nacimiento y la tristeza que va a estar siempre presente en su vida, incluso antes de haber nacido.

En definitiva, nos hace desear conocer más del personaje, saber por qué su destino estaba marcado y conocer por qué tanta tristeza…

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