COMIENZO DE MEMORIAS DE ADRIANO – MARGUERITE YOURCENAR
Querido Marco:
He ido esta mañana a ver a mi médico Hermógenes, que acaba de regresar a la Villa después de un largo viaje por Asia. El examen debía hacerse en ayunas, habíamos convenido encontrarnos en las primeras horas del día. Me tendí sobre un lecho luego de despojarme del manto y la túnica. Te evito detalles que te resultarían tan desagradables como a mi mismo, y la descripción del cuerpo de un hombre que envejece y se prepara a morir de una hidropesía del corazón. Digamos solamente que tosí, respiré y contuve el aliento conforme a las indicaciones de Hermógenes, alarmado a pesar suyo por el rápido progreso de la enfermedad, y pronto a descargar el peso de la culpa en el joven Iollas, que me atendió durante su ausencia. Es difícil seguir siendo emperador ante un médico, y también es dificil guardar la calidad de hombre.
Lo leí hace muchos años y lo releí hace poco. Recuerdo que sentía curiosidad por el testamento que el gran Adriano, por mediación de Marguerite, le regalaba a Marco Aurelio.
Abrí la primera página y comencé la lectura, a partir de ese momento descubrí la artesanía de la escritura. Necesitaba continuar porque cada frase está modelada con cincel. Esculpida con formón. La novela está construida con hilos de oro, hilvanados en papel. Con un trabajo arduo, meticuloso, paciente y amoroso. ¡ Dios que belleza! Pura artesanía. Gracias Marguerite en nombre de Adriano y Marco Aurelio por traspasar estas memorias ( aunque sean ficticias ) desde el siglo XX al esplendor de la cultura romana.
OPINIONES Y COMENTARIOS
comments powered by Disqus