El otro día me apunté a un taller de literatura. Casi me arrepiento nada más empezar. Allí todos hablaban de teoría. Menos mal que enseguida propusieron escribir una novela policiaca.
Mi historia trataba de un detective que era agredido por uno de sus investigados. Al desmayarse, tenía un sueño que aclaraba hacia dónde debía dirigir sus pesquisas. La profesora del taller dijo: “Qué interesante. Se parece al Informe sobre ciegos de Sábato”. Me da igual, que piense que he copiado. Tal vez lo lea.
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