-¡Aló! ¿Quién habla? ¿De dónde me dice que llama? ¿Quieren traducir mis textos a 54 idiomas? ¿Esto es una broma?-
-Escúcheme, más bien yo soy un entusiasta, qué está jugando al escritor. Simplemente era una participación en un concurso de aficionados. Llámeme luego por favor-
Se escucha el tono de la línea telefónica…
El genio sorprendido de su propia fluidez, no supo parar jamás de escribir lo que sentía. Brotaban versos, frases y palomas. Venerado fue por todos, célebre y muy pretendido.
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