Encontrar una carta que ponía «escritura creativa» fue una señal. Esto, desencadenó en la inscripción de un anuncio local. De ahí, salió mi relato «Lo mejor de ir». Las alabanzas me hicieron seguir el camino hacia Asiole Dorpa y las maravillosas «Chicas de Oro». Aprendiendo con Eloísa Pardo y conociendo a escritores como José Luis Labad implicado en ayudar.
Es bonito sentirse libre y que mis palabras también lo sean, con la oportunidad brindada por Carlos Arroyo.
Comencé el viaje de las letras.
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