Y sin que nadie lo esperase empezó a moverse, fue un pequeño gesto, casi imperceptible, que desencadenó un huracán de otros pequeños gestos casi imperceptibles.
Y sin que nadie lo esperase empezó a moverse, fue un pequeño gesto, casi imperceptible, que desencadenó un huracán de otros pequeños gestos casi imperceptibles.
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