Sacudirme hasta los huesos para plasmarme en crudo. Desplegar mis cordilleras impenetrables en unas hojas dejando un hueco para el escalador ávido de raccontos.
En este mano a mano me animo a esquivar el camino que me trazaron en el inconsciente dándole un manotazo a esas ansiedades distractoras y destructoras. Mis ¨yoes¨ conviven pacíficamente en la aventura de letras que no necesita inspiración borgeana . La mujer que soy en tinta me vacía y me abraza volviéndome a llenar. Me sana. Soy yo.
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