¿Hola? ¿Hay alguien ahí? Llevo demasiado tiempo encerrada aquí y me duelen los bracitos.
Aquí en la oscuridad, solo me queda recordar cuando tus manos me acariciaban y tus labios no dejaban de sonreír.
Sí, lo sé, alguna vez tus lágrimas aparecieron, pero, ¿Cuántos Mundos construimos juntos?
Escucho pasos, ¿Está subiendo? ¡Estoy bajo la manta!
Ahí estás frente a mí, me sonríes, me abrazas, y dices:
-Perdona, ¡Nunca más te dejaré! El taller de escritura me enseñó a seguir intentándolo.
OPINIONES Y COMENTARIOS