—Hola, me llamo Eva y llevo tres meses bregando en esto.
—Hola, Eva —respondimos todos.
—Ahora trabajo todos los días —dijo, mientras no paraba con sus manos—: unos de folio en blanco, pero otros la historia me engancha y… Cuando me encierro en el cuarto de juegos de la infancia vuelo, vuelo sin techo. Luego corrijo: intento que el relato atraiga, que cuente y no explique, que deslice en la mente del lector, que… Lo intento. Estoy feliz de estar en este taller. —Y la emoción tiñó su voz de beis.
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