Desde detrás de la máquina miro a mi compañero. Estoy preparando un café para él, algo indispensable y necesario en su día a día, nunca podría trabajar sin la cafeína en su organismo.

Le llamo y veo cómo camina hacia mí. Él me niega el café y se marcha.

Agarro el celular y llamo a mi pareja.

-El veneno no ha funcionado.

-Coge el pica hielo.

La llamada se corta.

Él regresa a por otro pedido y entiendo perfectamente que la persona delante de mí, no es mi compañero.

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