Nací a medias, en una noche de insomnio, de revueltos de perfiles y ficciones sin sentido. Tengo la voz del que lee y, con suerte, la del dueño de esa cabeza a donde pueda escurrirme para inventar un relato. No vivo en 3D, ni siquiera habito en 2. Apenas si soy un punto intentando armar palabras que den sentido a mi esencia. Soy ese que aún no termina de ser. Verosímil sólo entre ustedes, cronopios que sueñan con flotar verdes como los pensó Cortázar, libres, sueltos… crisálidas de taller.
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