Al fin ganamos, comentó Mike,
pero no entiendo bien exactamente para qué luchamos, continuó…
El comandante me dijo que eso no era de mi incumbencia y que defendíamos los intereses de nuestra nación.
Por las mañanas sufro de terribles jaquecas y siempre tengo pesadillas.
La medicación no me deja pensar. Y la silla de ruedas…
Arrancó a llorar.
Está bien Mike, por eso estas aquí, nadie te juzga, este es un espacio donde poder expresarnos en libertad, dijo la maestra del taller de escritura.
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