Salí de aquel edificio con un extraño sabor, comencé a caminar envuelto en una embriagadora aura de intriga.
Era una noche fresca y calmada, la luna alumbraba las desoladas y lúgubres calles, todo estaba silencioso excepto mi vorágine de confusión y sosiego.
¿Por qué habré sido capaz de reflejar con tanta claridad tales sentimientos mediante escritos, cuando no he sido capaz de expresarme con facilidad mediante palabras?
Puede que sepa la respuesta.
Un taller y el amor por la escritura.
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