Mi casa se está convirtiendo en un zoo. Antes tenía mono de Taller de Escritura; ahora, después de un nuevo sorteo, tengo orangután. Si el año que viene no me toca plaza, me compro un oso pardo. O un toro pardo. O un rebaño de tiburones. Total, como no puedo dejar de escribir, tendré que seguir alimentando bichos…Y contándoselo a alguien.
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