Era la Venezuela pujante y prometedora, cualquier niño gozaba de infancia, fuera humilde o pudiente, no existían vacaciones tristes, navidades grises ni con olor a hambre, abundaban colores llenos de vida y alegría, arepas repletas de carne o de caraotas negras arropadas de blanco queso llanero.
El “Faltan 5 pa´ las 12”, era sinónimo de alegría y festejos para unos, tristeza y añoranza para otros,pero de seguro la mesa en cada hogar era un repleto mundo culinario, lleno de colores y olores.
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