Una última despedida

Una última despedida

Una última despedida


Baja de mi coche.


No por favor, no puedo dejar que te vayas de nuevo.


De haber sabido que eras tú no habría venido a recogerte. Pero no
me sorprende que hayas llegado a esto: mentir en tu perfil e
inventarte que necesitas hacer este trayecto. Como siempre, mintiendo
y manipulando. Por eso me largué. Ahora baja de mi coche, ya.


No respondes a mis llamadas, llevo meses sin saber de ti, ¿sabes
cuánto me ha costado encontrarte?


Quizá porque no quiero que me encuentres, ¿no te has parado a
pensarlo? No quiero saber nada de ti y tus mentiras. No quiero volver
a repetírtelo más: baja de mi coche.


Tengamos sólo una conversación, arreglemos lo que ocurrió. El
trayecto es corto, dame sólo ese tiempo para que podamos discutirlo.


Ya discutimos suficiente, ¿no te acuerdas?


Sólo quiero lo mejor para ti, nunca pensé que acabaríamos así.
Sólo te pido que me escuches. Busquemos una solución juntos a esto,
¿vale?


¿Una solución? Yo ya encontré una solución. Cogí el volante y me
largué lejos de ti, pero parece que no lo suficiente lejos…


¡Ya basta! No he venido para que discutamos de nuevo, quiero poner
fin a todo lo malo que vivimos. Y lo lamento mucho, la cagué y lo
siento. Mi orgullo me cegó cuando recogiste tus cosas y
desapareciste. No intenté detenerte creyendo que te arrepentirías y
que no tardarías en volver. Ya no puedo cambiar lo que pasó y me
arrepiento mucho de las palabras que te dije. Pero ahora estoy aquí,
me ha costado mucho encontrarte. Me bloqueaste de todas tus redes
sociales y te cerraste en banda. He tenido que recurrir a un
Blablacar sólo para tener esta oportunidad. Y claro que te he
engañado para que vengas a recogerme pensando que era cualquier
desconocido con el que compartir los gastos, porque tal y como has
dicho nunca habrías aceptado que nos volviéramos a ver. He cometido
esta locura porque quiero hacer las cosas bien al menos por una vez.
Y aunque signifique no volver a verte nunca más, al menos quiero
poder despedirme sin gritos ni rencores, ¿entiendes?


El trayecto es de una hora, tienes ese tiempo. Cuando lleguemos al
destino bajarás de mi coche y no volveremos a vernos nunca más.


Gracias.

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