El día que conocí a mi sobrina

Era octubre de 2018 y había quedado con dos chicas para salir de Cádiz en mi coche a las 10 de la mañana rumbo a Almería. Iba con mucha ilusión, ya que conocería a mi sobrina, nacida el día anterior. Después de 45 minutos de viaje, el coche comenzó a fallar y se detuvo en plena autovía. Logré estacionar en el arcén y, a partir de ahí, mis queridísimos lectores y lectoras, comenzó nuestra inesperada aventura.

Llamé al seguro, que envió una grúa, y también al servicio de BlaBlaCar, quienes nos ofrecieron un coche de alquiler gratuito si el problema no se resolvía. En el taller nos informaron que el coche no estaría listo ese día, así que confirmamos la necesidad del coche de reemplazo. Mientras se tramitaba todo, aprovechamos para almorzar juntas en un bar cercano al taller, donde compartimos un rato muy agradable.

Aunque el trámite se alargó, como suele suceder en estos casos, y yo al día siguiente tenía que volver a mi ciudad por trabajo, no quise cancelar el viaje. Tenía dos grandes motivos: primero, no quería dejar a las chicas que venían conmigo a su suerte y deseaba que llegaran a su destino; segundo, tenía mucha ilusión por conocer a mi sobrina.

Finalmente, nos entregaron el coche de alquiler y, de la emoción, inmortalizamos el momento con una foto. Después de un larguísimo día y muy cansadas, llegamos a Almería a las 11 de la noche y, por fin, ¡pude conocer a mi sobrina Chloe! Una bebé preciosa que me enamoró de inmediato.

A pesar de los contratiempos, lo pasamos bien y nos reímos mucho de la situación; mis compañeras fueron unas chicas estupendas, comprensivas y pacientes, que me animaron constantemente.

Este tipo de experiencias nos enseña a adaptarnos y a sacar lo positivo de cada situación. De nada sirve ponernos nerviosos o enfadarnos, ya que eso solo complica las cosas. En nuestro caso, fuimos afortunadas al no tener un accidente en carretera, al conseguir un coche de reemplazo y al disfrutar de un viaje ameno junto a personas increíbles. Y, por supuesto, tuve la gran suerte de conocer a mi sobrina. ¡Solo puedo decir, gracias!