Era una fría noche de diciembre cuando el guerrero estaba trabajando en la Barcelona nocturna, recibió un mensaje romántico de su novia que vive en Valencia. Ella le expresaba cuánto anhelaba su abrazo cálido en esas noches heladas y le pedía que tomara vacaciones para visitarla. El guerrero, también ansioso por verla, fue a hablar con su jefe y le pidió unos días libre. Empezó a buscar un viaje compartido en BlaBlaCar, y encontró un coche con una chica hermosa llamada Laura. Durante el trayecto, ambos comenzaron a conversar con una conexión inesperada, la conversación fluyó tan naturalmente que perdieron la noción del tiempo. Mientras hablaban, le dijo a Laura que va a ver su novia, y ella, a su vez, mencionó que va a visitar a su novio. Sin embargo, cuando llegó a Valencia y se abrazó con su novia, su felicidad se vio interrumpida por una llamada inesperada, era su exnovia, llorando y diciéndole cuánto lo extrañaba. Esa llamada desató los celos en su actual novia, provocando una discusión acalorada que escaló hasta convertirse en una pelea intensa, ella lo acusó de seguir en contacto con su ex, mientras él intentaba justificar su inocencia. La tensión aumentó y su novia decidió que ya no quería continuar la relación, acusándolo de traición. Desconcertado, el guerrero abandonó su hogar esa fría noche, buscando desesperadamente un medio de transporte para regresar a Barcelona. Sin embargo, a esa hora, todo estaba cerrado. Mientras se sentaba en la calle, fumando un cigarrillo y reflexionando sobre su situación, tuvo la idea de llamar a Laura para contarle lo que había sucedido. La sorpresa llegó cuando ella le dijo que también había tenido una discusión con su novio y había decidido dejarlo. Laura, solidaria, le propuso que viniera a recogerlo en su coche. Durante el viaje de regreso a Barcelona, decidieron hacer una pausa en el camino para hablar con tranquilidad. Laura, visiblemente afectada, comenzó a llorar, y el guerrero la abrazó para consolarla. Fue entonces cuando ocurrió lo inesperado: ambos sintieron una atracción irrefrenable. Sin pensarlo dos veces, se entregaron a la pasión en el coche, y tenían una relación íntima en el amor al lado de la autovía, y permanecieron allí hasta el amanecer. Finalmente, regresaron a Barcelona, pero nunca volvieron a verse. Aquella noche, que había empezado fría y solitaria, se transformó en una de las más cálidas de sus vidas.
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