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Viernes, mediodía, lluvia y rumbo a la capital. El trayecto duró el doble de lo esperado. Iba a ver un show con amigas. Salí de trabajar y preparé todo a prisa para llegar puntual al punto donde había quedado con el conductor de Blablacar.

‘Ya voy en camino, me he enamorado’ fue el mensaje que envié por el grupo de mis amigas al subir al coche. Lo denominaré ‘El Señorito’ para preservar su identidad, por motivos que se entenderán a continuación. Subí al asiento del copiloto y comenzó una comedia romántica de domingo al puro estilo americano.

Tenía tantas cosas en común con El Señorito que parecía que me hubiera investigado. Fueron tres horas intensas cargadas de complicidad, risas y mucha conexión. En seguida entablamos confianza e intercambiamos frases como ‘no me mires más que tenemos un accidente’o ‘quién me iba a decir que conocería a mi marido en un Blablacar’.

Me dejó en el lugar donde se celebraba el show, en pleno centro. Cuando llegué al hotel de madrugada tenía un mensaje suyo: ‘el domingo volveré a las siete de la tarde, por si te interesa venir’. Le respondí que contase conmigo tras comprobar que no había publicado el viaje en Blablacar, era mi oportunidad. Anulé el que tenía reservado a las once de la mañana y tras varias horas vagando sola por la ciudad y tres transbordos de metro, coprotagonicé la segunda parte de la comedia romántica.

Al llegar me dejó en casa,  nos despedimos con un beso (de amor, claro). El día siguiente tuvimos una cita y esta vez el mensaje que escribí a mis amigas fue ‘preparadme la despedida de soltera que el año que viene tenemos boda’.

Ese mismo día valoré mi experiencia con El Señorito en la aplicación, elaboré un comentario divertido. Entonces hice algo que debí haber hecho al reservar el primer viaje, leer las valoraciones de su perfil. Mi comentario quedó muy gracioso, pero los anteriores (algunos de ese mismo mes) no me resultaron tan jocosos. ‘Su novia y él un encanto’, ‘él y su novia fueron puntuales’, entre otros. 

Concerté una segunda cita, confesó el delito. A ella le dijo que iba a una entrevista de trabajo. Tras un arduo trabajo de campo, contacté con la novia encantadora y puntual. 

Esta historia está basada en hechos reales, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Error 404 coincidencias not found.

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