Sucedió en un coche: El Viaje del Destino

El sol se colaba por las rendijas de las nubes cuando subí al coche de BlaBlaCar, pensando que sería un viaje aburrido. Sin embargo, al abrir la puerta, me encontré con Miguel, un entusiasta del cine, y Laura, una viajera incansable. La química fue inmediata.

—¿Listos para una aventura? —preguntó Miguel mientras ponía su playlist de bandas sonoras.

Arrancamos, y de inmediato, el coche se llenó de risas y anécdotas. Hablamos de películas, de esas que te marcan y te hacen soñar. Miguel, con su fervor, relataba cómo había visto “El Padrino” diez veces, mientras Laura soltaba alguna broma sobre la icónica escena de la cena.

A medida que avanzábamos, el paisaje se transformaba. Las ciudades se quedaban atrás, y el aroma a campo se colaba por las ventanas. Pero, de repente, un ruido extraño interrumpió nuestra conversación. El coche empezó a vibrar.

—¡No me digas que nos quedamos tirados! —exclamé, temiendo lo peor.

Efectivamente, la rueda trasera estaba pinchada. Nos miramos, la sonrisa aún en nuestros rostros, y decidimos que no dejaríamos que eso arruinara nuestro viaje.

—¿Sabéis cambiar una rueda? —preguntó Laura.

Con más entusiasmo que habilidades, nos bajamos. Mientras Miguel intentaba recordar cómo se usaba el gato, Laura se puso a grabar un video. “Esto va directo a las redes”, dijo entre risas.

Tras un par de intentos fallidos y algunas risas, conseguimos cambiar la rueda. Un ciclista que pasaba nos aplaudió como si fuéramos los héroes del día.

—¡En BlaBlaCar nunca se sabe qué puede pasar! —grité, levantando la mano como si acabáramos de ganar una medalla.

Finalmente, seguimos nuestro camino. Las historias no cesaban, y la música sonaba de fondo, acompañándonos hasta el destino. Cuando llegamos, nos prometimos volver a viajar juntos, porque a veces, los mejores momentos no están en el destino, sino en el viaje.

El viaje no era solo en coche; era un recordatorio de que compartir historias puede ser tan valioso como compartir carretera. Y así, entre risas y anécdotas, sucedió en un coche.

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