Raúl estaba harto de viajar solo.
Decidió instalarse una aplicación de viajes compartidos y así
poder ir acompañado y entretenido. Era muy sociable y tanto tiempo
en la carretera sin hablar con nadie le parecía tedioso.
El
primer viaje que ofreció fue Valencia-París. Doce de horas de coche
más las paradas pertinentes. Así que publicó su viaje, con salida
de Valencia a las 7 de la mañana del domingo 13 de julio.
A
la salida de Valencia recogió a José Vicente, un funcionario de la
Unesco, de 35 años. En Castellón, según el plan de viaje,
recogieron a Ana, una joven que apareció con una guitarra enfundada
y una gran mochila. Se presentaron todos. Ana era una cantautora que
se dirigía a Colombes a participar en un concierto. Raúl les contó
que se dirigía a París, era el gerente de ventas de una empresa de
cítricos.
Alrededor
de las 8 de la tarde estaban cerca de Clermont-Ferrand y José
Vicente, que había vivido años en Francia, les recordó que la
tarde y la noche del 13, víspera de la fiesta nacional, todos los
bomberos de Francia celebraban el bal dels pompiers, el baile
de los bomberos, una tradición que era muy divertida. Se dirigieron
al Parque de Bomberos y el espectáculo era impresionante. En un
escenario un dj pinchaba los éxitos del momento y más de treinta
bomberos actuaban al ritmo de la música, con sus trajes de bomberos,
maquillados, y animaban al público que bailaba sin parar. Los tres
se animaron y empezaron a bailar. Un grupo que bailaba les ofrecieron
un cubalitro de pastís que entraba suave y agradable. Raúl, que no
bebía, tuvo que poner un poco de conocimiento e instarlos a marchar,
eran casi las 3 de la mañana.
Pusieron
rumbo a Paris, un 14 de julio, fiesta nacional y en vísperas de los
Juegos Olímpicos. Las calles del centro se cerraban a las 9 de la
mañana para el desfile por los Campos Elíseos. Sin darse cuenta
entraron por la Port Dauphine y continuando por la avenida Foch se
dieron de bruces con el arco de Triunfo.
Unos
gendarmes vinieron rápidamente, les hicieron bajar del coche y los
tres, con la perspectiva del obelisco al fondo, se abrazaron y
gritaron Vive La France!
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