Que me tengan que esperar no me gusta, pero que tengamos que esperar a alguien me gusta aún menos. Al menos el asiento de atrás parece cómodo, podría dormirme. Carlos es de esos hombres que todos los años cumplen treinta, viste con ropa de marca, lleva encima todos los accesorios de Apple y dice “LOL” cuando algo le hace gracia. Pero parece buen tipo y tiene buenas reseñas como conductor. Aparece por fin Stuart, o así dice que prefiere que le llamen a partir de ahora. Se sienta detrás conmigo y pide disculpas por el retraso:
– Perdonad, vaya pelea me he traído con el bigote. No estaba seguro de que quedase como debería – nos comenta abrochándose el cinturón seriamente.
A decir verdad, el bigote es lo que más destaca en su cara. Es negro, denso y con forma de sonrisa triste, me recuerda a alguien. Pero ¿en serio esta persona nos ha hecho perder el tiempo por peinarse el bigote? Carlos siente que tiene que romper la tensión que mi cara está generando en estos momentos, así que pregunta cómo se presenta el día.
– Algo me hace sospechar que hoy duermo en la cárcel – cuenta Stuart mirando fijamente por la ventana.
– ¿Perdón? – preguntamos al unísono Carlos y yo.
– Ya me diréis, con diez kilos de coca que me van a pillar – contestó.
La cara de Carlos se ha puesto blanca y lo primero que piensa es que él y su coche no tienen nada que ver en esto. Nos quedamos un rato en silencio, quizás para no saber más de la cuenta de esta persona. Los minutos en el coche siguen aumentando y Carlos rompe el silencio preguntando de dónde somos.
– Mejor no hablar de temas personales, nunca sabes si lo utilizarán contra ti – dijo Stuart. Pero ¿este tío de dónde ha salido?
Llegamos a la parada donde Stuart había pedido bajarse: unos estudios de grabación. Se baja del coche y nos da las gracias muy sonriente.
– Creo que estoy listo para el primer día de rodaje, ¿no?
Con cierta perplejidad le seguimos con la mirada. Se dirige hacia una puerta con un letrero que dice “Acceso Extras Narcotraficantes”. A mí me ha entrado la risa y la cara de Carlos está recuperando su color natural.
– Maravilloso trayecto – dije
– LOL – me contestó Carlos.
OPINIONES Y COMENTARIOS