Es un viernes a las 14:30, hora punta de salida de Barcelona y recojo a Paula en Ciudad de la Justicia. Me he comido dos buenos atascos entrando y saliendo de esta gran ciudad, ya no me acordaba, han pasado unos años desde que pasé por aquí la última vez. Ahora que me he mudado a Blanes supongo que lo haré más a menudo, pero tengo que recordar escoger otras horas para moverme en carretera.
Juntas nos dirigimos a una estación de servicio en un pueblo remoto de Lleida del cual no recuerdo el nombre. Allí nos espera el segundo pasajero de bla bla, la ruta no nos hace desviarnos mucho y eso es genial, porque nos quedan unas cuantas horas por delante. Cuando llegamos, la estación está cerrada, pero hay un chico tumbado en un banco con el móvil, se levanta y nos dice:
– ¿Sois de bla bla car?.
– ¡Sí somos! -y se monta en el coche.- ¿Cómo has llegado a este pueblo?.
– He cogido un bus.
-¿Y llevabas mucho esperando?.
– No,10 minutos.
– ¡Ah genial!.
Al poco tiempo comienza a sonar su móvil.
– ¿Me estás llamando?.
– Yo no, si estoy conduciendo.
– Espera a ver, esto es muy raro, voy a coger el teléfono. – ¿Si, quién es?.
– Hola soy la chica de bla bla car, ¿dónde estás?.
– Pues pensaba que estaba montado en tu coche, pero creo que me he equivocado, chicas ¿adónde vais vosotras?.
– Nosotras a Burgos, ¿y tú?.
– Ostras yo a Madrid, me he montado en otro coche y la chica está esperándome en la gasolinera.
– ¡Wow que dices! No te preocupes, regresamos.
Hacemos un giro de 180 grados en una zona permitida y retornamos a la gasolinera. Cambio de pasajeros, explicaciones varias y muchas risas. Por suerte sólo habíamos avanzado 5 minutos.
Ahora, Denis, el verdadero pasajero de nuestro viaje ya está en el coche correcto.
– ¡Qué locura no me había pasado algo parecido en los 10 años que llevo utilizando bla bla car, es una muy buena anécdota para contar, incluso para escribir una historia sobre ella.
– Pues sí, justo hace una semana me llegó un mensaje de la aplicación de bla bla que hablaba sobre un concurso de escritura de experiencias que sucedieron en un coche, quizás puedas presentarte, ¡hay premios!.
– !Ah, pues que buena idea! lo voy a intentar. ¿Por cierto, estamos seguras de que todas y todos vamos a Burgos verdad?
– !Sí! – jajajaja.
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