Llevé a dos marines de Rota al aeropuerto de Sevilla. En conversación les dije que próximamente iría con mi mujer a Nueva York, justo al destino que ellos iban. Llegó el día de mi viaje y contacté con ellos. Cuál fue mi sorpresa que nos esperaron en el aeropuerto y nos hicieron un tour por la city. Nos saludamos y despedimos efusivamente. 

Blablacar nos sirvió para lo que hoy es una gran amistad.

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