Las marcas de coches me van a odiar cuando lean esta historia

Las marcas de coches me van a odiar cuando lean esta historia

Magage

07/10/2024

¿Qué piensas si, de pronto, te dicen que vas a compartir una caja de unos tres metros cuadrados con tres personas?

¿Y si te dicen que no conoces a ninguna de esas tres personas?

¿Y si además tienes que estar dentro de la caja con esas tres personas durante una hora y media?

No vayas a pensar que me han seleccionado para participar en un concurso televisivo.

No, antes me caso.

En serio.

Era las vueltas que le estaba dando a mi cabeza cuando me planteé por primera vez eso del Blablacar.

¿De qué pueden hablar cuatro personas que no se conocen encerradas dentro de un coche durante una hora y media?

¿Y si a nadie se le ocurre algo que decir?

La hora y media se convertirá en tres horas.

¿Tener que hablar por hablar?

Se me da mal. Fatal. Suena falso.

¿Cómo te vas a ir en coche con tres desconocidos me decía mi madre una y otra vez?

¿Y si te roban?

¿Y si te violan?

Que me roben, es una putada.

Que me violen, lo sentiría.

Ni siquiera se me había ocurrido.

Estaba más preocupado por cómo puede ser una hora y media dentro de un coche viajando con tres desconocidos.

Intentaba imaginarlo pero los intentos eran muy breves; qué angustia.

Sentía el malestar que se te mete dentro el cuerpo cuando estás dentro de un ascensor con otros personas y deseas que alguien diga algo o que el ascensor se detenga de una vez para escapar, para que alguien salga o para que alguien entre.

Para que ocurra algo y rompa esa tensión que te oprime el cuerpo desde dentro y no te deja respirar.

Después de darle vueltas durante un tiempo, me familiaricé con la angustia.

Di el paso.

Llegó el día.

Llegó el momento.

Nos encontramos tres desconocidos y yo dentro de un coche para ir desde Altea a Valencia.

Un cuarto de hora después de ponernos en marcha, ya no éramos desconocidos.

Tres cuartos de hora después, era como si nos conociéramos desde siempre.

Al llegar a Valencia, salvo el conductor que tenía prisa, nos metimos en un bar para almorzar y seguir contándonos cosas.

No hemos vuelto a coincidir en un Blablacar y quedamos de vez en cuando para comer y ponernos al día.

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