Actualmente, por trabajo, vivo en Tarragona, pero siempre que puedo me escapo a Málaga, donde tengo toda mi vida. Llegué a la ciudad en enero, tras una navidad familiar bastante emotiva y dejando a una abuela sin su nieta mayor cerca y una nieta con su persona favorita lejos. La cuestión es que no había terminado de instalarme cuando ansiaba programar las vacaciones de verano.
Cuando llegó julio publiqué el anuncio de compartir viaje en Blablacar y reservó una chica joven, yo le echaba veintipocos, de aquí de Tarragona. De la foto de perfil tampoco se podía sacar mucha información así que le hablé para decirle dónde la recogía y la hora de salida.
Viernes de final de julio, tres de la tarde, yo deseando ver el cartel de Málaga en la carretera y oler los espetos, y la compañera de viaje se retrasaba. Por fin vi a una chica joven, cargando con una maleta enorme para lo delgada que era, de pelo oscuro cuidado y muy largo, quizás fueran extensiones porque también traía unas pestañas postizas, eso sí lo aseguro, bastante largas y las uñas muy decoradas y del largo de la cantante Rosalía. Solo íbamos las dos a Málaga y nos quedaban diez horas por delante.
Durante el viaje me estuvo contando tenía veinte años, que había dejado de estudiar y quería ganar dinero, que iba a Málaga a trabajar porque su amiga, con la que se quedaba a vivir, le había dicho que por la zona de Torremolinos había muchos Beach Club (los chiringuitos de siempre) donde hacía falta personal. La estuve escuchando atentamente, tenía muchos planes con el dinero que iba a ganar, también iba a disfrutar y a conocer gente. Yo le dije que en Tarragona buscan mucho personal en la hostelería y por la zona de Salou seguramente encontraría, pero ella quería vivir la experiencia de estar fuera de casa, estaba muy emocionada y excitada, su amiga le había contado cosas increíbles del ambiente de Los Álamos; Dj’s, grupos en directo, puestas de sol, gente guapa…
Me despedí de ella en la puerta de casa de su amiga, era de madrugada, tenían la intención de salir a conocer el verano malagueño. Le dije que si necesitaba saber algo de la ciudad, transporte o algo me escribiera, también le recomendé buscar trabajo por Marbella.
A la semana me escribió, que se volvía a Tarragona, que si se podía volver conmigo.
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