Ese instante en que haces clic

Siempre se dice que los mejores viajes no se miden por el destino, sino por las personas que encuentras en el camino. En un frío día de diciembre, Kevin, Walter y yo nos subimos al BlaBlaCar de Víctor, quien nos recogió en el campus de la Universidad de Alcalá, donde habíamos compartido los últimos cuatro meses.

Tenía que hacer un trabajo para mi máster en Arquitectura en un pequeño pueblo llamado Atienza, y mis amigos decidieron acompañarme. Víctor, nuestro conductor, mostraba en su rostro el cansancio acumulado de noches sin dormir. Tras unos minutos de incómodo silencio, Kevin rompió el hielo: —Oye, Víctor, ¿Qué te trae por Alcalá? ¿Siempre recoges estudiantes o hoy fue nuestro día de suerte?

Víctor sonrió levemente y explicó que solo había venido a dejar a su sobrina, quien perdió el bus y tenía un examen al día siguiente. Walter, siempre curioso, preguntó: —¿Sueles viajar mucho? —No tanto como me gustaría —respondió Víctor— Vivo en un pueblo donde las cosas no cambian y a veces siento que estoy atrapado en la rutina. Me gustaría salir y conocer el mundo, pero siempre encuentro una excusa para quedarme.

 Para animar el viaje, Walter puso una canción de vallenato y comenzamos a cantar, moviéndonos al ritmo de la música.

—“¡Vamos, Víctor! ¡Baila!” gritó Kevin, mientras improvisábamos unos pasos en los asientos. Al principio, Víctor se quedó quieto, pero pronto se dejó llevar y empezó a moverse al compás del vallenato.

Aproveché la oportunidad: —La verdad es que nunca hay un momento perfecto para hacer algo, ¡hay que arriesgarse! Víctor, quien parecía serio al principio, se transformó en el alma de la fiesta. —Quizá deba hacer ese viaje pendiente que siempre he postergado y conocer el mundo —añadió con una sonrisa.

Al llegar a Atienza, lo vi alejarse con una expresión de alivio y expectativa. A veces, una charla con desconocidos, acompañada de un poco de música y baile, es lo que necesitas para hacer clic y ver la vida desde un nuevo punto de vista. Porque al final, los mejores viajes son por las personas que conocemos y las locuras que compartimos.