No existen fronteras

Necesitaba ir a Santiago desde Coruña a visitar a una prima lejana que llevaba mucho tiempo sin ver y ya tenía achaques de la edad, cumplir más de 85 ya te lleva cuesta abajo y sin frenos. Como yo me resisto a claudicar al paso del tiempo me hice un Blablacar como la gente moderna, que viene a ser el ayudarnos entre vecinos de toda la vida pero desde una “app”. Pues bien, quedamos en la plaza, todo negociado y me viene a buscar una chavala muy riquiña que dice ser azafata de vuelo, el sueño de mi vida. Nos ponemos a hablar de mil cosas del avión y veo mundo a través de sus ojos como si yo misma me subiese cada día en ese pájaro. Fue un trayecto genial, con la mejor anécdota posible. Me estaba contando sus mil viajes y yo presumiendo de cuánto sabía de geografía y que podía situar todos los lugares que me comentaba, ya que todos los días veo las noticias y me encanta ver la sección del tiempo y de paso repasar las provincias. De esto que le suelto, ¿oye nena, yo que siempre quise viajar en avión y visitar el paraíso de las Islas Canarias, como se ve el muro desde allí arriba? A lo que me contesta que que muro. Sigo insistiendo que como se ve el muro, la línea blanca, la separación que hay entre la península y canarias y que como hacen para sortearla con el avión. Se queda muda y yo insisto, que si le comió la lengua el gato, si estará cansando de volar a canarias y ver la línea blanca que la enmarca como si fuese un cuadro, que si son tan bonitas como las pintas para que las tengan protegidas con la línea blanca a su alrededor. La muchacha rompe a reír y me explica dulcemente que esa línea blanca no existe en realidad, que la ponen en la tele para representar a Canarias pero que es como la línea que separa A Coruña de Pontevedra, que no existe un muro que tengamos que saltar cada vez que pasamos. A mi me cae un jarro de agua fría. Le digo que le preguntaré a mi prima en cuanto lleguemos porque los libros de estudio habrán cambiado mucho en 50 años pero que no se iban a poner a derribar todo el muro, ¡¡con el trabajo que debió costar hacerlo en el agua!!