Así se empiezan unas vacaciones…

Era un frío y nublado día, pero la sonrisa y la alegría brillaba en mi rostro, puesto que, era viernes y comenzaban mis preciadas vacaciones… Sin embargo, la vida tenía reservada para mí una historia de caos con final feliz…

Ese trayecto (que por mucho que pasen los años, jamás olvidaré!) íbamos Jhon, María, Carmen (que recogeríamos 3km más adelante) y un servidor. 

Cuando se subieron inicialmente Jhon y María, yo ya denotaba que el viaje iba a ser complicado, debido a que, Jhon medía cerca de dos metros e intuía que acabaría con una tortícolis de caballo! mientras que, María se le veía con mala cara… A los dos minutos de arrancar el coche e ir a por la tercera pasajera, María me reconoce que le acaba de venir su ciclo menstrual  (la pobre nerviosa y casi hiperventilando, comenzó a sangrar y a devolver dentro del coche) cuando parecía que la cosa no podía ir a peor, nos vimos inmersos en un  atasco -originado de un accidente- a unos pocos metros de donde tenía que recoger a Carmen…

Cuando yo me vi, en mitad de un atasco en la autovía, viendo al pobre Jhon con el cuello encogido, a la pobre María revolcándose del dolor en el asiento de atrás, manchado, y a la pobre Carmen la cuál me estaba bombardeando a mensajes, puesto que, llevaba media hora de espera, debido al atasco… Reconozco, que estuve a punto de bajarme del coche, salir corriendo y abandonar mi coche en mitad de la autovía…

Finalmente, gracias a la paciencia que en ese momento me dio el señor… conseguimos atravesar el atasco y recoger a Carmen, allí hicimos una parada y acabamos tomándonos un refresco todos, mientras esperábamos a que María se le fuera pasando el dolor. Aliviados ya, nos reíamos de la situación, y ya cada vez que nos encontramos en alguna verbena de pueblo comentamos aquella aventura entre risas… Eso sí, vaya manera de empezar unas vacaciones!!!